
El autocuidado no es un concepto nuevo, pero en los últimos años ha cobrado mucha importancia. No basta con no estar enfermo, se trata de construir bienestar físico, mental y emocional desde lo cotidiano.
A diferencia de campañas centradas en el diagnóstico precoz o en tratamientos oportunos, la promoción del autocuidado se enfoca en priorizar la importancia de los hábitos cotidianos que ayudan a prevenir enfermedades, ya que la mayoría de las afecciones crónicas no transmisibles tienen un origen silencioso: estilos de vida poco saludables sostenidos en el tiempo
El autocuidado es reconocer que cada persona es responsable de su propio bienestar, y que, dicho bienestar, también se extiende a la familia y la comunidad. Luego de reconocerlo, sigue el tomar acciones y medidas para responder a las necesidades que protegen la salud mental, física y emocional. Esas acciones posteriormente se convierten en hábitos, y por supuesto, el objetivo es que sean hábitos saludables.
A continuación, compartimos diez puntos fundamentales para para cumplir con el autocuidado.
- Escuchar al cuerpo: Síntomas persistentes como dolor, acidez o insomnio no deben ignorarse.
2. Consulta médica a tiempo: Ante una situación como la señalada anteriormente, evitar que el malestar se agrave acudiendo a consulta médica.
3. Revisar la alimentación: Incluir frutas, verduras, beber mas agua y reducir el consumo de productos ultraprocesados.
4. Moverse más: Hacer ejercicio, practicar algún deporte, caminar al menos 30 minutos diarios o interrumpir el sedentarismo con pausas activas.
5. Dormir bien: El descanso adecuado fortalece las defensas y mejora el ánimo.
6. Ventilar los espacios: Renovar el aire es clave. La ventilación adecuada en espacios cerrados es crucial para mantener una buena calidad del aire y proteger la salud respiratoria.
7. Armar y organizar un botiquín de primeros auxilios: Incluir un tensiómetro, medicamentos esenciales para tratar heridas o trastornos como dolor de cabeza, fiebre, gripe, etc. chequear vencimientos y mantener todos estos elementos básicos en buen estado.
8. Evitar la automedicación sin control: Es importante diferenciar la automedicación responsable, como el uso indicado de un medicamento de venta libre para tratar una molestia menor, de la autoprescripción, que ocurre cuando alguien accede a un fármaco recetado sin indicación médica. Esta última práctica conlleva riesgos elevados, incluyendo interacciones peligrosas con otros medicamentos o errores en la dosificación.
9. Chequeo médico frecuente: Se recomienda hacerse chequeos médicos regulares de control por lo menos una vez al año. Estas evaluaciones (que pueden incluir exámenes de laboratorio clínico y otras pruebas de detección) son necesarias por las siguientes razones: Los problemas de salud se pueden detectar en una etapa temprana antes de que se conviertan en algo más grave. Aumentar las posibilidades de tratamiento oportuno y sanación.
10. Cuidarse y cuidar al entorno: Si aparecen síntomas de alguna afección contagiosa, limitar el contacto con otras personas.
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